Saturday, September 16, 2006

Entre el orgullo y la felicidad

Yo soy una persona demasiado orgullosa a veces. Sí, sé que es “malo“ pero de todas formas -como toda persona común y corriente- me vale. Pues estaba un día de estos en un lugar al que de verdad que no quería ir pero al final accedi porque una persona (mi hermana) me insistió para que la acompañara. La mayoría de ustedes hubiera hecho lo mismo -creo yo- y a otros les hubierda dado igual, pero bueno, ese no es el punto.
La cosa está en que cuando uno es terco y urgulloso nadie lo mueve de la silla aunque le esté jodiendo el trasero de lo dura que está. Lo bueno es ver que nada de orgullo te trae algo bueno. Ahí pasé pura estúpida perdiéndome bastante diversión que se tenía la otra mara pero por no ceder a mis caprichitos me aguanté un buen rato...pero al final me levanté. La pasé bien, aunque esa típica vocecita de tu cabeza no me dejaba en paz. El orgullo mata y aburre, evita y embrutece. La buena noticia es que todo en esta vida se puede cambiar. Las decisiones se hacen y ya está. Si las pensás mucho se agotan las opciones porque cada vez se te hacen más absurdas.
Decídite y si por orgullo (estúpido defecto) no querés algo es que sos re-pendejo. No hay más.

Un poco dundo esto pero necesitaba escribirlo. Buenas noches y hasta la próxima.

1 comment:

Mariocopinol said...

solo vos (y me imagino q la persona a la q va dirigido) entienden la jerga de este post, pero si, aqui vengo de metido, doy fe de eso q mencionas de orgullosa :D